En el marco del Centenario de General Ordóñez la comunidad educativa del Jardín de Infantes Gral. San Martín junto a la Municipalidad local, desarrollaron el pasado miércoles 13, en la Casa de la Cultura, una charla en la cual estuvo presente el padre Vicente Martínez Torrens.
El sacerdote fue el primer religioso que llegó a las Islas Malvinas en abril de 1982.
Este cura salesiano, designado para dar los servicios religiosos a las tropas, hizo más que eso, curó heridos y personalmente dio cristiana sepultura a los cadáveres argentinos.
Vivió 74 días sobre la turba de las islas en un hecho que se transformó en una bisagra para el resto de su existencia.
Relatos de su experiencia
Escribió los manuscritos y sacó las fotos que ilustran su libro llamado: "Dios en las trincheras" que contiene más de 200 cartas que le hicieron llegar los argentinos que combatieron en las islas.
El sacerdote lamenta el proceso de desmalvinización que ocurrió en Argentina, despotricando entre otras manifestaciones, contra la película "Los chicos de la guerra" porque no cuenta toda la verdad y afirma que la idea original era sacar a los ingleses de la isla, plantar la bandera argentina y negociar en la ONU, sin llegar a la guerra.
También señala que "no todo era mentira por las simples ganas de mentir. Era parte de una guerra psicológica".
A su vez, duda de las bajas admitidas oficialmente por el enemigo: "Revisé todos los diarios del mundo y en ningún lado aparece el regreso de los gurkhas nepaleses que atravesaron corriendo 36.000 minas antipersonales que rodeaban Puerto Argentino".
El padre Vicente tiene una ficha personal de cada uno de los 649 argentinos muertos durante el conflicto (323 fallecidos en el ataque al Belgrano) y un completo diario de guerra que escribió en Malvinas donde se atiborran los terribles recuerdos vividos y sufridos por la tropa argentina.
Este cura se movía con total libertad, ya sea en la Gran Malvina como en la Soledad y estuvo a metros del encuentro clave que sostuvieron Jeremy Moore y Benjamín Menéndez para darle fin a la guerra.
Su misión actual
A más de dos décadas de la guerra, la misión del sacerdote continúa porque está en contacto permanente con los ex combatientes.
A donde va, pregunta enseguida por los veteranos de guerra y mantiene contacto. Lo mismo con familiares y amigos, que buscan más información.
El cura expresa que se han encontrado con historias terribles de soldados que han padecido y siguen padeciendo la indiferencia de la mayoría de los argentinos. También lamenta la gran cantidad de suicidios que actualmente se acerca a los cuatrocientos.
Recuerda el caso de una madre a quien le habían comentado que su hijo aún estaba vivo, que había sido herido en un combate y que había perdido la memoria. "Incluso le comentaron que estaba vagando por las islas. La mujer vendió todo, hizo hasta lo imposible para ir a la isla a buscarlo. Hasta viajó al Reino Unido para pedir permiso. Yo la encontré y le expliqué que su hijo ya estaba con Dios, porque había fallecido en el ataque del 1 de mayo a la 4:30